

Mañana fresca y eso que todavía no sabemos que al día siguiente estará todo blanco por la nevada de la noche. Quedamos en el bar de Las Eras, pedanía de Alcalá del Júcar, para cargar pilas con un café caliente.
Bajamos por la calle principal mientras preparamos nuestras mochilas y bastones hasta llegar al punto de inicio de la ruta: Iglesia de San Gregorio, cuyo nombre hace honor al patrón del pueblo. Junto a unas antiguas puertas que llaman la atención del grupo decidimos hacer la foto grupal. Recuento de integrantes de la expedición y nos alejamos del pueblo pasando por una antigua bodega en desuso, atravesamos un era y unos campos de almendros y cogemos el camino del cementerio para llegar a los Villares.
Antes de llegar a las antenas nos desviamos para coger el camino del trail que nos hace perder altura rápidamente. Algún que otro resbalón sin importancia y pronto nos adentramos en el laberinto de las callejuelas de Alcalá por las que bajamos hasta alcanzar el río Júcar. Antes de cruzar el río hacemos una pequeña parada para inmortalizar el momento con unas fotos junto a una roca, de varias toneladas, y el regazo que dejó a su paso, producto del desprendimiento que hubo en 2016. Cruzamos, ahora sí, el río por un puente de madera y cogemos el camino del batán para realizar la primera ascensión del día, una bonita senda que nos hace entrar en calor y desde la que tenemos una vista completa y diferente del pueblo.
Unas cuantas fotos más desde un improvisado mirador y llaneamos unos kilómetros por un camino rural. A estas horas el sol luce bastante alto para nuestro disfrute. Dejamos el camino al pasar al lado de un aljibe y unas eras, para bajar por un camino pedregoso que nos lleva a la carretera que sube a Las Casas del Cerro, otra pedanía de Alcalá del Júcar.
Junto a la carretera y cuando nuestros relojes marcan 7km decidimos hacer un alto para dar cuenta de un calórico almuerzo al lado de una fuente en un ensanche de la curva. No faltan productos derivados del cerdo y por supuesto una bota de vino tinto para calentar los cuerpos. Y para terminar degustamos un boyo casero típico de jueves lardero y unas onzas de chocolate.
Recuperados del primer esfuerzo andamos pegados a la carretera hasta enlazar con una senda para continuar el descenso. Observamos unas jóvenes cabras de monte que nos miran con curiosidad a nuestro paso y terminamos el descenso por una rambla que nos lleva al puente Rafael donde sacamos de nuevo las cámaras para hacer unas fotos de grupo en el mirador.
Comenzamos la segunda subida del día por una bonita senda entre pinos, camino del corciolico, que nos lleva a Las Casas del Cerro. Cruzamos el pueblo y los más fuertes deciden perder un poco de altura para visitar un antiguo lavadero. Nos reunimos todos a la salida del pueblo y cogemos un camino rural hasta un corral de cabras donde nos desviamos a la derecha para coger otra senda de descenso entre pinos hasta la ermita de San Lorenzo, patrón de Alcalá del Júcar, situada a unos pocos kilómetros del pueblo en su hoz.
Andamos unos pocos metros por la carretera pegados al río Júcar hasta encontrar un vasto chopo caído, a escasa altura del mismo, de lado a lado y que nos permite atravesarlo sin apenas dificultad. Seguimos por el camino de las huertas que nos lleva de nuevo hasta Alcalá, discurrimos entre sus almeces e higueras. En unas de sus vertientes podemos ver muy de cerca la cueva del Rey Garaden, según cuentan algunas historias, morada de un antiguo rey moro.
Finalmente y con las fuerzas ya más justas no animamos para realizar la subida final. Comenzamos por la cuesta Andonera que nos lleva a la iglesia de San Andrés, y desde allí nos adentramos de nuevo en los entresijos del pueblo por sus estrechas calles con olor a la madera de las estufas, y siempre de forma ascendente hasta llegar a las puertas del Castillo. Una dura subida más y llegamos al depósito del agua desde donde nos desviamos para terminar el recorrido hasta Las Eras por una senda pegada a la hoz del Júcar que los lugareños llamamos “Agujero”, y desde donde tenemos una preciosa vista del río, y su hoz, con sus huertas de chopos y meandros tan característicos.
Para finalizar y justo antes de terminar la etapa hacemos un alto para contemplar una antigua alberca y los restos de una calzada romana. Últimas fotos de grupo y llegamos al punto de partida 6 horas después. Volvemos a subir por la calle principal, esta vez con premio final, hasta alcanzar el Restaurante del pueblo, donde como no podría ser de otra manera, antes de partir cada uno para su destino, llenamos los estómagos con carne y embutidos a la brasa y un poco de vino y cerveza.
Curiosidades:
Un batán es una máquina destinada a transformar unos tejidos abiertos en otros más tupidos. Funcionaban por la fuerza de una corriente de agua que hace mover una rueda hidráulica, que activa los mazos que posteriormente golpeaban los tejidos hasta compactarlos.
El aljibe es un recurso arquitectónico para almacenar agua, por lo general potable. El modelo tradicional árabe es un recipiente total o parcialmente subterráneo, construido o labrado y cubierto por una bóveda de cañón o ligeramente apuntada o en cúpula de casquete, hecha de ladrillo.